Devoción Matutina para Adultos 2017 | Fijemos la vista en Cristo
«De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron». Mateo 13: 17
LAS
AMONESTACIONES de la Palabra de Dios respecto a los peligros que rodean a
la iglesia cristiana, son para nosotros hoy. Como en los días de los
apóstoles, los seres humanos intentan, por medio de tradiciones y
filosofías, destruir la fe en las Escrituras. Así hoy, por los conceptos
de la «alta crítica», la evolución, el espiritismo, la teosofía y el
panteísmo, el enemigo de la justicia está procurando llevar a la
humanidad por caminos prohibidos. Para muchos, la Biblia es una lámpara
sin aceite, porque han dirigido sus mentes hacia creencias especulativas
que traen falsos conceptos y confusión. La obra de la «alta crítica» al
criticar, conjeturar y reconstruir, está destruyendo la fe en la Biblia
como revelación divina. Está privando a la Palabra de Dios del poder de
guiar, elevar y transformar las vidas humanas. Por medio del
espiritismo, muchos son inducidos a pensar que el deseo es la ley
suprema, que el libertinaje es lo mismo que libertad y que el ser humano
es responsable únicamente de sí mismo y ante sí mismo.
El
seguidor de Cristo se encontrará con las «palabras persuasivas» contra
las cuales el apóstol advirtió a los creyentes de Colosas (Col. 2:4). Se
encontrará con interpretaciones espiritualistas de las Escrituras, pero
no debe aceptarlas. Los fieles seguidores de Cristo han de afirmar
claramente las verdades eternas de las Escrituras. Con la vista fija en
Cristo, hemos de avanzar en la senda señalada, descartando todas las
ideas que no están en armonía con las Escrituras. Hemos de espaciarnos y
meditar en la verdad de Dios. Consideremos la Biblia como la voz de
Dios que nos habla directamente. Así hallaremos la sabiduría divina.
El
conocimiento de Dios, como está revelado en Cristo, es el conocimiento
que deben tener todos los que han sido salvos. Este es el conocimiento
que transforma el carácter. Si lo recibimos en nuestras vidas, volverá a
crear en el alma la imagen de Cristo. Este es el conocimiento que Dios
invita a sus hijos a obtener, pues en comparación con él todo lo demás
es vanidad y nada.
En toda
generación y en cada país el fundamento de la verdad para la
construcción del carácter ha sido el mismo: los principios contenidos en
la Palabra de Dios. La única norma segura e infalible es hacer lo que
Dios dice. «Los mandamientos de Jehová son rectos», y «el que hace estas
cosas, no resbalará jamás» (Sal. 19:8; 15:5). Fue por medio de la
Palabra de Dios que los apóstoles hicieron frente a las falsas teorías
de sus días.
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