La Biblia fue escrita por más de 40 autores. Todos en diferentes épocas, pero que armonizan perfectamente y ninguno se contradice, todos los escritores fueron inspirados por el mismo Espíritu Santo.
Cuando hablamos de inspiración de las escrituras, no estamos hablando de versiones de Biblia o traducciones, Dios jamás inspiro palabras, lo que Dios inspiro fue la mente del profeta (2Pedro 1:21) para que el profeta usara sus propio lenguaje y cultura para poder transmitir el mensaje, y cada uno de ellos tenía su propia personalidad de escribir su mensaje que Dios les daba.
Nosotros no creemos en inspiración de palabras, si así fuera sólo los manuscritos originales que escribieron los profetas serían los inspirados, y las muchas versiones y traducciones de Biblia quedan sin valor.
Elena White creía eso:
“La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual.” (1MS, 24)
"No son las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados. La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual. La mente divina es difundida. La mente y voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios" (Manuscrito 24, 1886. Escrito en Europa en 1886). – {1MS 24.2}
"Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio de instrumentos humanos, y él mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y los hizo capaces de realizar esta obra. Guió la inteligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo. Aunque llevado a todo viento en el vehículo imperfecto del idioma humano, no por eso deja de ser el testimonio de Dios; y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y de verdad. – {CS 10.4}
En este sentido podemos decir que toda la escritura es soplada o inspirada por Dios.
Reconocemos que hay errores de traducción, errores en versiones de Biblia, pero no en sí la palabra o el mensaje de Dios. A pesar de contener errores de traducción la Biblia, tenemos suficiente verdad que sostienen las columnas de la fe Cristiana.
"Vi que Dios había protegido la Biblia en forma especial; sin embargo, cuando sólo había pocos ejemplares, algunos eruditos en ciertos casos modificaron las palabras con la idea de aclarar su sentido, pero en realidad estaban confundiendo lo que era claro al torcer su significado para que concordara con sus opiniones establecidas, condicionadas a su vez por la tradición. Pero vi que la Palabra de Dios, en conjunto, es una cadena perfecta, y que una porción se ensambla con la otra y la explica. Los verdaderos buscadores de la verdad no necesitan errar; porque la Palabra de Dios no es sólo clara y sencilla al presentar el camino de la vida, sino que se da el Espíritu Santo como guía para comprender el camino de la vida que ella revela". – {HR 410.1}
Dios ha preservado las grandes verdades esenciales para la salvación del hombres, la gracia, el bautismo, la ley, su advenimiento, los dones espirituales etc.
"En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa. “Toda la Escritura es inspirada por Dios; y es útil para enseñanza, para reprensión, para corrección, para instrucción en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando cumplidamente instruido para toda obra buena”. 2 Timoteo 3:16, 17 (VM). – {CS 11.1}
Eliseo Cuesta
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