Devoción Matutina para Adultos 2017 | Las Escrituras, nuestra mejor protección
«¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha amanecido». Isaías 8: 20
AL PUEBLO
DE DIOS se le ha indicado que busque en las Sagradas Escrituras su
protección contra las influencias de los falsos maestros y el poder
seductor de los espíritus de las tinieblas. Satanás emplea todos los
medios a su alcance para impedir que conozcamos la Biblia, cuyo claro
lenguaje pone de manifiesto sus engaños. Cada vez que la obra de Dios
experimenta un reavivamiento el príncipe del mal redobla sus esfuerzos.
En la actualidad está haciendo desesperados intentos, preparándose para
la batalla final contra Cristo y sus discípulos. El último gran engaño
se desplegará pronto ante nosotros. El Anticristo va a realizar ante
nuestros propios ojos señales espectaculares. La falsificación se
asemejará tanto a la realidad, que será imposible distinguirlos sin el
auxilio de las Santas Escrituras. Ellas son las que deben atestiguar en
favor o en contra de toda declaración, de todo milagro.
Se hará
oposición y se ridiculizará a los que traten de obedecer todos los
mandamientos de Dios. No podrán subsistir sino en el Señor. Para poder
soportar la prueba que nos espera hemos de conocer la voluntad de Dios
tal cual está revelada en su Palabra, pues no podemos honrarle sino en
la medida del conocimiento que tengamos de su carácter, gobierno y
propósitos divinos, y en la medida en que obremos conforme a la luz que
nos ha sido concedida. Solo si hemos fortalecido nuestro espíritu con
las verdades de la Biblia podremos resistir en el último gran conflicto.
Toda alma ha de pasar por la prueba decisiva: ¿Obedeceré a Dios antes
que a los hombres? La hora decisiva se acerca. ¿Hemos asentado los pies
en la roca de la inmutable Palabra de Dios? ¿Estamos preparados para
defender firmemente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús? […]
La verdad
y la gloria de Dios son inseparables, y nos resultará imposible honrar a
Dios con opiniones erróneas cuando tenemos la Biblia a nuestro alcance.
Muchos sostienen que no importa lo que uno crea, siempre que su
conducta sea correcta; pero nuestras creencias moldean nuestra vida. Si
teniendo la luz y la verdad a nuestro alcance, no procuramos conocerla,
de hecho la estamos rechazando y prefiriendo las tinieblas a la luz. [… ]
Dios nos
ha dado su Palabra para que conozcamos sus enseñanzas y sepamos por
nosotros mismos lo que él requiere de nosotros. Cuando el doctor de la
ley preguntó a Jesús: «¿Haciendo qué cosa, poseeré la vida eterna?» el
Señor lo remitió a las Sagradas Escrituras, diciendo: «¿Qué está escrito
en la ley? ¿Cómo lees?» (Lucas 10: 25-26, RV60)
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