La gran profecía de Nuestro Señor
Cristo advirtió a sus discípulos en cuanto a la destrucción de Jerusalén y las señales que ocurrirían antes de la venida del Hijo del hombre. Todo el capítulo 24 de Mateo es una profecía concerniente a los acontecimientos que preceden a este evento, y se usa la destrucción de Jerusalén para tipificar la última gran destrucción del mundo por fuego.—Manuscrito 77, 1899. {EUD 19.1}
Sobre el monte de las Olivas, Cristo explicó los temibles juicios que habrían de preceder a su segunda venida: “Oiréis guerras, y rumores de guerras […]. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principio de dolores”. Mateo 24:6-8. Aunque estas profecías se cumplieron parcialmente con la destrucción de Jerusalén, se aplican más directamente a los postreros días.—Joyas de los Testimonios 2:351 (1899). {EUD 19.2}
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