El destino del Mundo
Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos
martes, 16 de febrero de 2016
Estilo de Vida y Actividades del Remanente
Un espíritu de servicio y de sacrificio propio
Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu
de servicio se posesione de la iglesia entera, de
suerte que cada miembro trabaje por él según su
capacidad. Cuando los miembros de la iglesia de
Dios efectúen su labor señalada en los campos
menesterosos de su país y del extranjero, en
cumplimiento de la comisión evangélica, pronto
será amonestado el mundo entero, y el Señor Jesús
volverá a la tierra con poder y grande gloria.
En todas partes hay tendencia a reemplazar el
esfuerzo individual por la obra de las
organizaciones. La sabiduría humana tiende a la
consolidación, a la centralización, a crear grandes
iglesias e instituciones. Muchos dejan a las
instituciones y organizaciones la tarea de practicar la beneficencia; se eximen del contacto con el
mundo, y sus corazones se enfrían. Se absorben en
sí mismos y se incapacitan para recibir
impresiones. El amor a Dios y a los hombres
desaparece de su alma.
Cristo encomienda a sus discípulos una obra
individual, que no se puede delegar. La atención a
los enfermos y a los pobres y la predicación del
Evangelio a los perdidos, no deben dejarse al
cuidado de juntas u organizaciones de caridad. El
Evangelio exige responsabilidad y esfuerzo
individuales, sacrificio personal.
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