El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

martes, 16 de febrero de 2016

LA VIDA EN EL CAMPO

La vida en las ciudades no cumple el propósito de Dios "En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y se oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación. La marea de la corrupción y del crimen sube de continuo. Cada día se registran actos de violencia: robos, asesinatos, suicidios y crímenes indecibles. 'La vida en las ciudades es falsa y artificial. La intensa pasión por el dinero, el torbellino y el afán de los placeres, la fiebre de ostentación, el lujo y la prodigalidad son otras tantas fuerzas que impiden a la mayoría de la humanidad que cumpla el verdadero fin de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un poder casi irresistible. "Una de las tentaciones más sutiles y peligrosas que asaltan a los niños y a los jóvenes en las ciudades es el afán de placeres. Muchos son los días de fiesta; los juegos y las carreras de caballos arrastran a miles, y el torbellino de las excitaciones y del placer los distraen de los austeros deberes de la vida. El dinero que debiera ahorrarse para mejores fines se desperdicia en diversiones.







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