Si se hace una búsqueda rápida en Google sobre artículos científicos acerca de la relación entre la espiritualidad y la salud, allí se encuentran diversos artículos tratando este asunto, tanto en lo que dice con respecto a la salud física como en lo que se refiere a la salud mental. Un estudio brasileño, publicado en el 2003, tuvo como objetivo examinar la influencia del bienestar espiritual en la salud mental de estudiantes universitarios. De acuerdo con el resultado obtenido por los investigadores, las personas con un bienestar espiritual bajo y moderado presentaron el doble de chances de poseer trastornos psiquiátricos menores.
Los trastornos psiquiátricos menores son una clase de trastornos que afectan la salud mental, en la cual encontramos la depresión, la distímia, la ansiedad generalizada, disturbios de somatización, entre otros. De acuerdo con los autores del estudio, aunque no sea posible determinar con exactitud la forma en que la espiritualidad interactúa con la salud, otras investigaciones sugieren que la realización de actividades espirituales (como la oración, por ejemplo) está relacionada a emociones positivas (como la esperanza, el perdón, la autoestima y el amor), y estas emociones son importantes para la salud mental, en lo que afirma con respecto a mecanismos psiconeuroinmunológicos y psicofisiológicos.
Yo creo en el poder de la oración
Tal vez la ciencia nunca logre entender completamente cómo las prácticas espirituales, entre ellas la oración, pueden favorecer la salud mental, además de ofrecer otros beneficios a la calidad de vida. Incluso, creo que hay algo especial en la oración, un poder indescriptible. Creo que hay algo especial reservado a aquel que abre su corazón delante de Dios, y comparte con él lo que está en lo profundo de su ser.
Hay muchas razones para esto. Faltarían horas para describir sobre cómo la oración es esencial para que cosas maravillosas ocurran en las vidas de las gentes durante el transcurso de los años.
Hablar sobre la oración es algo que hace que mis ojos brillen, llenos de lágrimas, pues hace ocho años Dios me enseñó a vivir dependiendo de la oración y del poder que él pone a disposición en mi vida cuando oro.Mis circunstancias personales me hicieron llegar al corazón de Jesús y ofrecerme ese maravilloso acercamiento al Creador. Sí, yo creo en el poder de la oración, y sé cuánto bien me hace, me llena de esperanza, me aparta de toda ansiedad, y me hace vivir mejor.
Días de Oración
En el 2015, descubrí a través de un libro llamado "·El Gran Conflicto ha Terminado" algo asombroso. Tuve una experiencia con Dios diferente a la que acostumbro tener cuando oro. lo que debía pedir orando era que Dios me diera luz para discernir todo el comunicado que ese maravilloso libro me estaba dando en mi ignorante vida hasta el momento cristiana y pude investigar que la vida del cristiano no es ir a misa y comulgar y escuchar la liturgia y hacer el bien y tener paz con los hermanos:existe un legado que nuestro Dios nos ha revelado en otro gran libro y principal que es la "BIBLIA".Ella te lleva por el camino recto y verdadero y te enseña a orar desde las entrañas del corazón
Muchas veces hablamos de la oración como si fuese algo unilateral, un momento en el que nosotros hablamos y Dios escucha. Pero he aprendido que la oración es un momento en el que necesitamos no solo hablar, sino también hacer silencio para escuchar a Dios. Mientras oramos, Dios trabaja en nuestra mente, transforma nuestro corazón, nos da no solo salud mental, sino salud total, inclusive espiritual. Dios desea realizar grandes cosas en nuestra vida.
Para concluir, existen dos versículos bíblicos que inspiran la vida de oración de las personas en los últimos años. Quiero compartirlos con ustedes, para que también los inspiren, y que se aplican tanto a su salud como a su alma. “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4). Entonces tus oídos oirán detrás de tí la palabra que diga:" Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda” (Isaías 30:21
Un abrazo en nuestro Señor Jesucristo
Eliseo Cuesta
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