Una señal de obediencia
La señal de la obediencia es la observancia del sábado del cuarto mandamiento. Si los hombres guardan el cuarto mandamiento,
guardarán todo el resto. No fue una voz humana la que le habló a
Moisés, dándole el sábado como una señal. “Habló además Jehová
a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En
verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre
mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo
soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá;
porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona
será cortada de en medio de su pueblo”.
El Señor no deja un precepto tan importante como éste sin especificación. “Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de
reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos
de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo”.
¿Filosofía humana o revelación divina?
La filosofía humana declara que para la creación del mundo se
destinó un período indefinido de tiempo. ¿Presenta Dios el asunto en esta forma? No; él dice: “Señal es para siempre entre mí y los
hijos de Israel; porque en seis días [no seis períodos indefinidos de
tiempo; porque entonces no habría manera posible en que el hombre
pudiera observar el día especificado en el cuarto mandamiento] hizo
Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”.
Leed, os ruego, con cuidado el quinto capítulo de Deuteronomio.
Dios dice de nuevo: “Acuérdate [no olvides] del día del reposo para
santificarlo... Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el
mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día;
por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
Sin embargo, teniendo ante sí los oráculos vivientes, los que
pretenden predicar la Palabra presentan las suposiciones de mentes
humanas, las máximas y los mandamientos de hombres. Anulan la
ley de Dios por sus tradiciones. Los sofismas referentes a que el
mundo ha sido creado en un período indefinido de tiempo son uno de los engaños satánicos. Dios habla a la familia humana en lenguaje
que ésta puede comprender. El no deja el tema tan indefinido que los
seres humanos puedan acomodarlo a sus teorías. Cuando el Señor
declara que hizo el mundo en seis días y descansó en el día séptimo,
se refiere a días de veinticuatro horas, que ha señalado con la salida
y la puesta del sol.
Dios no pronunciaría sentencia de muerte por hacer caso omiso del día de reposo, a menos que hubiera presentado antes a los
hombres una explicación clara acerca del sábado. Después de crear
nuestro mundo y al hombre, miró la obra que había realizado, y
declaró que era muy buena. Y cuando los fundamentos de la tierra
fueron colocados, el fundamento del sábado también lo fue. “Cuando
alababan las estrellas todas del alba, y se regocijaban todos los hijos
de Dios”, Dios vio que el día de reposo era esencial para el hombre,
aun en el Paraíso. Al darle el sábado al hombre, Dios consideró su
salud espiritual y su salud física.
Un saludo
Eliseo Cuesta
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