El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

lunes, 5 de agosto de 2019

La violación de la ley física

El hombre salió de las manos de su Creador perfecto en su organización y de bellas proporciones. Si por más de seis mil años ha podido soportar el impacto creciente de las enfermedades y la violencia, es una prueba concluyente del poder de resistencia con que fue dotado. Aunque los antediluvianos se entregaron al pecado sin restricción, transcurrieron más de dos mil años antes que comenzaran a sentirse los efectos de la violación de las leyes naturales. Si Adán no hubiera poseído originalmente una resistencia física superior a la de los hombres que viven en la actualidad, la raza humana ya se hubiera extinguido.* A través de las sucesivas generaciones que siguieron a la caída del hombre, la tendencia ha sido continuamente hacia abajo. Las enfermedades se han transmitido de padres a hijos, una generación tras otra. Aun los niños en sus cunas sufren malestares causados por el pecado de sus padres... Los patriarcas de Adán a Noé, con pocas excepciones, vivieron cerca de mil años. Después el promedio de vida de los seres humanos ha ido en constante descenso. En tiempos del primer advenimiento de Cristo, la raza humana ya estaba tan degenerada que no sólo los viejos, sino también los adultos y jóvenes eran traídos a los pies del Salvador, de todas partes, para que les sanara sus enfermedades. Muchos sufrían bajo el peso de una miseria inexpresable. La violación de las leyes físicas, con su consecuente sufrimiento y muerte prematura, ha prevalecido durante tanto tiempo, que estas consecuencias han llegado a aceptarse como la suerte natural de la humanidad; pero Dios no creó a la raza humana en una condición tan debilitada. Este estado de cosas no es obra de la Providencia, sino del hombre. Fue producido por los malos hábitos, es decir por la violación de las leyes que Dios estableció para gobernar la existencia humana. La transgresión sostenida de las leyes de * [Christian Temperance and Bible Hygiene, 7-12 (1890).] La violación de la ley física la naturaleza es una transgresión continua de la ley de Dios. Si los seres humanos hubieran obedecido siempre la ley de los Diez Mandamientos, practicando en sus vidas los principios de dichos preceptos, hoy no existiría la maldición de las enfermedades que inundan al mundo... Cuando los seres humanos toman cualquier curso de acción que los hace derrochar su vitalidad o que anubla su intelecto, pecan contra Dios; no lo glorifican por medio del cuerpo y del espíritu que le pertenecen. Pero a pesar de que el hombre lo ha insultado, el amor de Dios todavía se extiende a la raza humana, concediéndole la luz, capacitando a la gente para ver que si desean llevar una vida perfecta necesitan obedecer las leyes naturales que gobiernan el ser. Entonces, ¡cuán importante es que las personas caminen en esa luz, y que ejerciten todas las energías, tanto del cuerpo como de la mente, para glorificar a Dios!




No hay comentarios:

Publicar un comentario