El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

sábado, 17 de junio de 2017

Devoción Matutina Adultos El día del Señor


EL SALVADOR no vino a poner a un lado lo que los patriarcas y profetas habían dicho; porque él mismo había hablado mediante esos representantes suyos. Todas las verdades de la Palabra de Dios provenían de él. Estas gemas invaluables habían sido puestas en engastes falsos. Su preciosa luz había sido empleada para servir al error. Dios deseaba que fueran sacadas de su marco de error, y puestas en el de la verdad. Solo una mano divina podía realizar esta obra. Por su relación con el error, la verdad había estado sirviendo a la causa del enemigo de Dios y de la humanidad. Cristo había venido para colocar la verdad donde glorificara a Dios y obrara la salvación de los seres humanos. […] «El Hijo del hombre es Señor aun del sábado» (Mar. 2: 28). Estas palabras destilan instrucción y consuelo. Por haber sido hecho el sábado para el hombre, es el día del Señor. Pertenece a Cristo. Porque «todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho» (Juan 1: 3). Y como lo hizo todo, creó también el sábado. Él apartó el sábado como un monumento recordativo de la obra de la creación. El sábado nos presenta a Cristo como Santificador y Creador. Declara que el que creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, y mediante quien todas las cosas existen, es cabeza de la iglesia, y que por su poder somos reconciliados con Dios. Porque, hablando de Israel, dijo: «Y les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico» (Eze. 20: 12). Es decir, que los hace santos. Por lo tanto el sábado es una señal del poder de Cristo para santificarnos. Cristo da el sábado a todos aquellos a quienes santifica. Como señal de su poder santificador, el sábado es dado a todos los que por medio de Cristo llegan a formar parte del Israel de Dios.

Y el Señor dice: «Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas “delicia”, “santo”, “glorioso de Jehová” […] entonces te deleitarás en Jehová» (Isa. 58: 13-14). A todos los que reciban el sábado como señal del poder creador y redentor de Cristo, les resultará una delicia. Viendo a Cristo en él, se deleitan en él. El sábado les indica las obras de la creación como evidencia de su gran poder redentor. A la par que recuerda la paz perdida del Edén, habla de la paz restaurada por el Salvador



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