El destino del Mundo
Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos
domingo, 20 de noviembre de 2016
LAS TRAMPAS DE SATANAS
Mientras el pueblo de Dios se acerca a los
peligros de los últimos días, Satanás sostiene diligentes consultas
con sus ángeles acerca del plan más eficaz para destruir su fe. El
ve que las iglesias populares ya están dormidas, arrulladas por su
poder engañador. Mediante sus agradables sofismas y sus milagros
mentirosos puede continuar teniéndolas bajo su dominio. Por lo
tanto, dirige a sus ángeles para que coloquen las trampas especialmente
destinadas a los que esperan la segunda venida de Cristo y se
esfuerzan por guardar todos los mandamientos de Dios.
Dice el gran engañador: “Debemos vigilar a los que están llamando
la atención de la gente al sábado de Jehová. Inducirán a
muchos a comprender los requerimientos de la ley de Dios. Y la
misma luz que revela el verdadero día de reposo, revela también el
ministerio de Cristo en el santuario celestial y pone de manifiesto
que la última obra en favor de la salvación del hombre se está realizando
ahora mismo. Mantened la mente de la gente en tinieblas
hasta que esa obra haya terminado, y nos aseguremos el mundo y la
iglesia también.
“El día de reposo es el gran asunto que ha de decidir el destino de
las almas. Debemos exaltar el día de descanso que nosotros hemos
creado. Hemos logrado que lo acepten tanto los mundanos como los
miembros de la iglesia. Ahora hay que inducir a la iglesia a unirse
al mundo para apoyarlo. Debemos trabajar por medio de señales
y maravillas para cegar sus ojos a la verdad e inducirlos a dejar a
un lado la razón y el temor de Dios y a seguir la costumbre y la
tradición.
“Yo voy a influir sobre los ministros de las iglesias populares
para que desvíen la atención de sus oyentes de los mandamientos de
Dios. Lo que las Escrituras afirman que es la perfecta ley de libertad, debe ser presentado como un yugo de servidumbre. La gente acepta
las explicaciones de las Escrituras de parte de sus pastores, y no investiga por sí misma. Por lo tanto, al actuar por medio de los
ministros, puedo dominar a la gente de acuerdo con mi voluntad.
“Pero nuestra principal preocupación consiste en silenciar a esa
secta guardadora del sábado. Debemos suscitar la indignación popular
contra ella. Llamaremos a nuestro lado a hombres grandes y
sabios, según el mundo, e induciremos a las autoridades a cumplir
nuestros propósitos. Entonces el día de descanso que yo he creado
será puesto en vigor mediante las leyes más severas y exigentes. Los
que no hagan caso de ellas serán expulsados de las ciudades y aldeas
y se les hará pasar hambre y privaciones. Cuando dispongamos del
poder, mostraremos lo que podemos hacer con los que no quieran
abandonar su lealtad a Dios. Indujimos a la Iglesia Romana a castigar
con la prisión, la tortura y la muerte a los que se negaron a
someterse a sus decretos; y ahora que estamos poniendo a las iglesias
protestantes y al mundo en armonía con este brazo derecho de
nuestro poder, dispondremos finalmente de una ley para exterminar
a todos los que no se sujeten a su autoridad. Cuando la pena de
muerte sea el castigo que se aplique por la violación de nuestro día
de reposo, se pasarán a nuestro lado muchos de los que ahora se
encuentran en las filas de los observadores de los mandamientos.
“Pero antes de recurrir a esas medidas extremas, debemos ejercer
toda nuestra sabiduría y sutileza para engañar y entrampar a los
que honran el verdadero día de reposo. Podemos separar a muchos
de Cristo por medio de la mundanalidad, la concupiscencia y el
orgullo. Se considerarán seguros porque creen la verdad, pero la
complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confunde el juicio y anula la capacidad de discernir, los hará caer.
“Id, inducid a los poseedores de tierras y dinero a que se embriaguen
con los cuidados de esta vida. Presentadles el mundo en su
aspecto más atractivo para que depositen aquí su tesoro y pongan sus
afectos en las cosas terrenales. Debemos hacer todo lo posible para
impedir que los que trabajan en la causa de Dios tengan medios que
puedan usar contra nosotros. Mantened el dinero en nuestras propias
filas. Mientras más medios obtengan, más daño causarán a nuestro
reino arrebatándonos nuestros súbditos. Haced que se preocupen
más por el dinero que por la edificación del reino de Cristo y la
difusión de las verdades que nosotros odiamos, y no necesitaremos
temer su influencia; porque sabemos que toda persona egoísta y
Exhortación y amonestación codiciosa caerá bajo nuestro poder, y finalmente será separada del
pueblo de Dios.
“Por medio de los que tienen apariencia de piedad pero no conocen
la eficacia de ella, podemos ganar a muchos que de otra manera
nos harían bastante daño. Los que aman los deleites más que a Dios
serán nuestros colaboradores más eficaces. Los que pertenecen a
esta clase de gente, si son capaces e inteligentes, servirán de cebo
para atraer a otros a nuestras trampas. Muchos no tendrán temor
de su influencia puesto que profesan la misma fe. De esta manera
los induciremos a creer que los requerimientos de Cristo son menos
estrictos de lo que una vez creyeron, y que asemejándose al mundo
podrán ejercer más influencia sobre los mundanos. Así se separarán
de Cristo; entonces no tendrán fuerza para resistir nuestro poder, y
antes de mucho estarán dispuestos a ridiculizar el celo y la devoción
que tenían antes.
“Hasta que demos el golpe decisivo, deben ser incansables nuestros
esfuerzos contra los observadores de los mandamientos. Debemos
estar presentes en todas sus reuniones. Nuestra causa sufrirá
bastante, especialmente en sus grandes reuniones, y debemos ejercer
mucha vigilancia y emplear todas nuestras artes seductoras para impedir que las almas escuchen la verdad y sean impresionadas por
ella.
“Tendré en el terreno, como agentes míos, a hombres que sostengan
falsas doctrinas mezcladas con suficiente cantidad de verdad
como para engañar a las almas. También tendré incrédulos presentes,
que manifestarán dudas con respecto a los mensajes de amonestación
que envía el Señor a su iglesia. Si la gente leyera y creyera
esas palabras de advertencia, tendríamos poca esperanza de vencerla.
Pero si podemos apartar su atención de esas admoniciones, seguirán
ignorantes de nuestro poder y astucia, y por fin los retendremos en
nuestras filas. Dios no permitirá que se desprecien impunemente
sus palabras. Si podemos mantener a las almas engañadas por cierto
tiempo, la misericordia de Dios se apartará de ellas, y él nos las
entregará para que las dominemos completamente.
“Debemos producir distracción y causar división. Debemos destruir
su preocupación por la salvación de sus propias almas, e inducirlos
a criticar, a juzgar, y a acusarse y condenarse mutuamente,
a albergar egoísmo y enemistad. Por esos pecados Dios nos arrojó Testimonios para los Ministros
de su presencia; y todos los que sigan nuestro ejemplo tendrán una
suerte similar”.
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muy bueno el post,Eliseo. que Dios te sigue bendeciendote.
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