EL DIABLO IMITARA A LA VIRGEN MARIA
“Satanás
puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos.
La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono,
son reproducidos con una exactitud maravillosa. Muchas personas se
consuelan con la seguridad de que sus seres queridos están gozando de
las delicias del cielo; y sin sospechar ningún peligro, dan oídos a
‘espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios’. “Después que Satanás
ha hecho creer a esas personas que los muertos vuelven en realidad a
comunicarse con ellas, hace aparecer a seres humanos que murieron sin
preparación. Estos aseguran que son felices en el cielo y hasta que
ocupan allí elevados puestos, por lo que se difunde el error de que no
se hace diferencia entre los justos y los injustos. Esos supuestos
visitantes del mundo de los espíritus dan a veces avisos y advertencias
que resultan exactos. Luego que se han ganado la confianza, presentan
doctrinas que de hecho destruyen la fe en las Santas Escrituras.
Aparentando profundo interés por el bienestar de sus amigos en la
tierra, insinúan los errores más peligrosos. El hecho de que dicen
algunas verdades y pueden a veces anunciar acontecimientos da a sus
testimonios una apariencia de verosimilitud; y sus falsas enseñanzas son
aceptadas por las multitudes con tanta diligencia y creídas tan a
ciegas, como si se tratara de las verdades más sagradas de la Biblia. Se
rechaza la ley de Dios, se desprecia al Espíritu de gracia y se
considera la sangre de la alianza como cosa profana. Los espíritus
niegan la divinidad de Cristo y hasta ponen al Creador en el mismo nivel
que ellos mismos. Bajo este nuevo disfraz el gran rebelde continua
llevando adelante la guerra que empezó en el cielo y que prosigue en la
tierra desde hace unos seis mil años.…Muchos hombres serán entrampados
por la creencia de que el espiritismo es tan sólo una impostura humana;
pero cuando sean puestos en presencia de manifestaciones cuyo carácter
sobrenatural no pueda negarse, serán seducidos y obligados a aceptarlas
como revelación del poder divino” (El Conflicto de los Siglos, pp.
607-609). Por lo tanto, Satanás, en sus esfuerzos por engañar aun a los
escogidos en estos últimos días, obrará por medio de sus demonios para
imitar a nuestros seres queridos fallecidos en la forma de espíritus de
parientes y personas conocidas: novios y novias, abuelos y abuelas, tíos
y tías, hermanos y hermanas, padres y madres. Y si es capaz de hacer
todo esto, ¿dudaremos de que sea capaz de realizar una magistral obra de
engaño—que un demonio se haga pasar por la madre de Jesucristo? El
mundo ya se encuentra listo y bien dispuesto para aceptar este engaño
que es casi irresistible.
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