Hay un Santuario en el cielo. En él ministra Cristo en favor de nosotros, para poner a disposición de los creyentes los beneficios de su sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siempre en la cruz. Cristo llegó a ser nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor en ocasión de su ascensión. En 1844, al concluir el período profético de los 2.300 días, inició la segunda y última fase de su ministerio expiatorio. El Juicio Investigador revela, a las inteligencias celestiales, quiénes de entre los muertos serán dignos de participar en la primera resurrección. También pone de manifiesto quién, de entre los vivos, está preparado para ser trasladado a su Reino eterno. La conclusión de este ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de su segunda venida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario