El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

sábado, 7 de enero de 2017

Ebenezer: Lugar de derrotas......y victorias.....(parte 1)

Domingo 8 de enero 2017 | Devoción Matutina para Adultos 2017 | 


“Al escuchar los filisteos las voces de júbilo dijeron: ‘¿Qué gritos de júbilo son estos en el campamento de los hebreos?’. Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento” |1 Sam, 4:6).

EL PROFETA ELÍ era un anciano de 98 años, y Samuel era muy joven, recién llamado al ministerio. En ese tiempo, salió Israel a cruzar en la batalla a los filisteos, y acampó junto a Ebenezer, mientras que los filisteos acamparon en Afee. En aquella primera lucha, Israel fue vencido por sus oponentes, quienes hirieron en el campo de batalla como a cuatro mil hombres.

Luego, pensaron que habían necesitado en su medio de la presencia del arca del pacto, en que Dios se manifestaba a su pueblo. Así que, llevaron el arca al campo de batalla, para que los ayudara a vencer a los filisteos. El arca llegó al campamento y despertó una gran alegría entre el pueblo. Cuando los filisteos oyeron la algarabía, se preguntaron por la razón de tanto júbilo. Cuando supieron que el arca de Dios había sido traída, tuvieron miedo por la presencia de Dios. Por segunda vez, Israel volvió a la batalla, y esta vez perdió a unos treinta mil hombres.

¿En qué radicó el problema? Israel, acostumbrado a vencer y a obtener la bendición del Cielo, olvidó consultar a Dios y pedir su ayuda. No aprendió la lección la primera vez. Llevaron el arca al campamento para que la presencia de Dios atemorizara a los filisteos, y así obtener la victoria. Pero fueron nuevamente derrotados.

Esto nos enseña que la presencia de Dios puede estar entre nosotros, en medio de su pueblo, pero mientras no esté en el corazón, viviendo en nuestro interior, seremos vencidos por el enemigo. No basta con que Dios se haga presente, sino también debe vivir en nuestro interior, obrando constantemente en nuestra mente y nuestro corazón.

El pueblo de Israel no fue capaz de preparar su vida para que, cuando Dios se manifestara en el arca, ellos fueran bendecidos, fortalecidos espiritualmente y llenos del poder de lo Alto. Cuando Dios toma nuestra causa y nuestra carga sobre él, la victoria está asegurada. Hay paz en el corazón, y la presencia de Dios está dentro y fuera de nosotros. Adentro, para transformar nuestra vida a su semejanza, y afuera, para protegernos del enemigo.

Hoy, consultemos a Dios en todas nuestras actividades, y pidamos que se haga presente en nuestro interior.








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