El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

jueves, 26 de marzo de 2020

QUIÉN CREÓ AL CORONAVIRUS?

¿De dónde salieron estos virus? ¿Quién los creó? ¿Acaso Dios, el Creador del Universo creó también los virus? ¿Para destruir la vida?Jesús diría: ‘un enemigo ha hecho esto’ (Mat. 13:28). Ese enemigo, aunque tiene sus agentes visibles, es invisible… Una Mente magistral inventó los virus y los construyó.
El Autor de la Vida es Jesucristo (La Biblia, Hechos 3:15; Juan 1:3-4). Dar Vida es un atributo que posee sólo el Creador. Las criaturas creadas (la redundancia vale), reciben la vida de Dios y dependen de Él para su conservación. El ser más brillante, inteligente que Dios creó es incapaz de dar vida. Y por esta causa, porque no tuvo parte en la Creación de la Tierra y de Adán y Eva, albergó celos del Hijo de Dios y se rebeló contra su Creador. En su estado de inocencia y bondad se llamaba Lucifer, o Lucero, Hijo de la mañana, la estrella más brillante del Cielo, después de su rebelión se le llamó Satanás, que significa ‘enemigo’ ‘adversario’ porque se dedicó a la obra de engañar y tergiversar el carácter de Dios, atribuyéndole su propia maldad. Luego de ser echado del Cielo, con los ángeles que aceptaron sus sofismas, se dedicó arruinar a la raza humana. Dios creó al hombre y su mujer libres. Tristemente, nuestros Padres fueron vencidos por sus tentaciones. Por esta causa los reclamó, a ellos y a su descendencia, como presa suya. Dios, que respeta la libertad de sus criaturas inteligentes, tuvo que dejar al hombre a merced de Satanás, aunque su acción sería contrarrestada. El hombre debía morir a causa de su pecado. Sin embargo, el amante Creador, diseñó un Plan para la salvación de Adán y sus hijos. Se hizo hombre, tomó sobre sí la culpa del hombre y murió en su lugar, para que todos los que aceptaran su extremo sacrificio, tuvieran Vida Eterna. Luego de un tiempo de prueba, donde cada ser humano decidirá su destino, Cristo volverá para rescatar a los suyos, y destruirá a Satanás y a todos sus seguidores.
Entretanto, el enemigo de Dios le sigue haciendo la guerra dañando a sus criaturas. No puede crear vida, pero la puede destruir. La estudia muy de cerca y combina los elementos, ya creados, para imitarla hasta el límite. El más brillante de todos los estudiantes y de todos los científicos sabe muy bien que ‘genera cada gen’ y los encadena magistralmente. Los ácidos nucleicos no tienen vida, pero tienen la propiedad química de replicarse, si se introducen en las células vivas. Una vez allí, se reproducen locamente, destruyéndolas.
Hace unos 130 años, Ellen White, una mujer que no tenía instrucción académica, inspirada por Dios, escribió lo que sigue:
Satanás tiene estudiados los secretos de los laboratorios de la naturaleza y emplea todo su poder para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo permita… Satanás producirá enfermedades y desastres, al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruina y desolación.”“Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias (tsunamis) y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras, y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más, y se harán más y más desastrosas.”“Satanás está obrando en la atmósfera; la está envenenando… Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su obra mortífera de viciar el aire, una de las fuentes de vida y alimento, con elementos mortíferos. No sólo ha sido afectada la vida vegetal, sino que el hombre mismo sufre pestilencia… La destrucción caerá sobre hombres y animales.”“Satanás ejerce dominio sobre aquellos a quienes Dios no guarda en forma especial. Favorecerá y hará prosperar a algunos para obtener sus fines, y atraerá desgracias sobre otros… Ahora mismo está obrando… pero ahora se está ejerciendo el poder restrictivo de Dios… Es Dios quien protege a sus criaturas y las guarda del poder del destructor. Pero el mundo... ha manifestado su menosprecio de la ley de Jehová, y el Señor hará exactamente lo que declaró que haría: retirará su cuidado protector de sobre los que se rebelan contra su ley…”:“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” (Marcos 12:30-31)La Biblia dice que todo lo que creó Dios “era bueno en gran manera” (Gén. 1:31). No podemos decir eso del coronavirus. Todo lo contrario. Es malo en gran manera…
¿Qué te parece? ¿Quién creó a los virus…?
Jesús responde a nuestra pregunta: “Un enemigo ha hecho esto.” Ingeniería satánica. Satanás es el autor ideológico. Tal vez… alguien de carne y hueso haya sido el autor material, quien le prestó el cerebro y los ojos y las manos al Enemigo de Dios… Dios lo sabe. Destino más dichoso tendrán los que mueran a causa del virus, pero que estarán escondidos en la memoria de Dios esperando el momento de la resurrección, que el de aquellos que correrán la suerte de su padre, el Diablo, cuando el Juez Justo le dé a cada uno su merecido.
Una cosa es segura: esta pandemia se inscribe en el marco del Gran Conflicto entre el Bien y el Mal, y cada uno de nosotros tiene un rol que cumplir. Lo peor que nos puede ocurrir no es morir en el cumplimiento del deber, sino vivir egoístamente. Tal vez, hasta hoy, hayamos parecido ‘personas buenas’, pero lo que hay en nuestro corazón será puesto a prueba y quedará en evidencia. Jesús dijo: “Es necesario que todas estas cosas sucedan.” ¿Estamos preparados? ¿Obedecemos los Mandamientos de Dios? ¿Amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos? Yo no. Ni lejos. Que Dios nos ayude a vencer nuestro egoísmo, a derrotar nuestra indiferencia, a ablandar nuestro corazón, y a vencer con el bien, el mal.
¡AYÚDANOS, OH DIOS, NO PODEMOS SIN TU AYUDA!

Bibliografía para los estudiosos: Las citas de Elena de White están editadas extractando y amalgamando textos semejantes y pueden ser encontradas en los libros El Conflicto de los Siglos, 646-647, y Eventos de los Últimos Días, 27-28 (las de este último extraídas de Mensajes Selectos tomo III, 446-447, 1891; Mensajes Selectos tomo II, 59, 1890; 19 MR 382, 1897.)

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