El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

viernes, 6 de octubre de 2023

LA MANO DE DIOS OBRANDO


                           

Jacques quería aprobar los exámenes de
acceso a la universidad más que ningu-
na otra cosa en el mundo, pero la segun-
da mitad de las pruebas cayó en sábado.
–Soy adventista del séptimo día –les dijo a
los profesores que iban a examinar ese viernes
y el sábado en el centro examinador oficial, a
las afueras de Yaundé, la capital de Camerún–.
No puedo examinarme en sábado.
–Ven y haz los exámenes –le indicó uno de
los profesores. 

 


 

 

 


–Tienes que venir a examinarte –le ordenó
otro.
–No –insistió Jacques–. Quiero que sepan
que si no me ven mañana es porque estaré
en la iglesia.
Algunos profesores interpretaron la acti-
tud de Jacques como un reto a su autoridad,
y se burlaron de él llamándolo “cura”.
–Cura, no podrás acceder a la universidad
si no vienes a examinarte –comentó uno.
Sin embargo, Jacques se fue a su casa. Ha-
cía un año que le había entregado su corazón
a Jesús por medio del bautismo y estaba
decidido a honrar al Señor del sábado. Ayunó
y oró durante las horas del sábado y fue a la
iglesia en vez de ir a examinarse. Tras la pues-
ta del sol, regresó al centro examinador, pero
ya no había nadie. Las pruebas habían termi-
nado y los profesores se habían ido. 

 


 

 


El domingo por la mañana, muy temprano,
regresó y esperó todo el día, pero nunca llegó
nadie. El lunes, temprano, fue de nuevo, pero
volvía a estar todo vacío. Decidió sentarse a
esperar. Un rato después, llegaron los pro-
fesores y comenzaron a dar los resultados a
todos los que se habían examinado el viernes
y el sábado. Al mediodía, llegó el director del
centro de exámenes. 

 

 


 


–¿Cómo va todo? –preguntó a los
profesores.
–Todo bien, a no ser por el cura –dijo uno
señalando a Jacques–, que se negó a exami-
narse el sábado.
–Pues que se examine ahora –ordenó el
director.
Dos profesores fueron a examinar a Jac-
ques en las materias que le quedaban por
rendir. El primero, que enseñaba inglés, sacó
un libro de texto que Jacques nunca había
visto, y le dijo que lo abriera y comenzara a
leer. Jacques se trabó con las palabras, y el
profesor se burló de él, diciéndole:
–¡Mal! ¡Así no es! No sabes nada. ¿Cómo
se te ocurre que vas a aprobar?
–Pregúnteme cualquier otra cosa –pidió
Jacques.
–No hay más preguntas para ti –sentenció
el profesor–. No vas a aprobar.
Mientras Jacques seguía rogándole que le
hiciera más preguntas, el profesor se dirigió
hacia la puerta para irse. Sin embargo, al llegar
a la puerta, se detuvo. Era como si alguien
estuviera bloqueándolo o sujetándolo, de
manera que no podía salir. Sin mirar a Jacques,
el profesor de pronto dijo: “No te preocupes”.
Entonces pudo seguir caminando y se fue.
El otro profesor debía examinar a Jacques
sobre historia, geografía y educación cívica.
Sin embargo, le dijo:
–Mi amigo del sábado, ¿qué es el sábado?
Jacques se tomó la pregunta como una
pregunta de examen y decidió responderla
bien. 

 


 

 

 

 


–El sábado está en los Diez Mandamientos
–comenzó a decir mientras abría su mochila
para sacar la Biblia; pero entonces, el profe-
sor lo detuvo.

Deje la Biblia tranquila.
Jacques siguió con su explicación. Cuando
terminó, el profesor le dijo que le habían lavado
el cerebro, y que la historia, la geografía y la
educación cívica eran mucho más importantes
que la religión. Jacques le respondió que había
estudiado las tres materias durante todo un
año y se había dado cuenta de que no hay nada
más importante que la religión.
–La religión es una cuestión de conciencia
e influye en todos los aspectos de la vida
–afirmó.
En ese momento llegó otro profesor, y el
primer profesor le dijo a Jacques que se fuera,
que el examen había terminado.
Más tarde ese mismo día, cuando Jacques
estaba entrando de nuevo al centro de exa-
minación para saber sus resultados, un auto-
móvil se detuvo frente a él, y por la ventanilla
asomó la cabeza uno de los profesores.
–Alégrate, Jacques –le dijo.
Jacques se preguntó si se estaba burlando
de él otra vez.
Ya en el interior del edificio, Jacques es-
peraba junto a los demás estudiantes mien-
tras uno de los profesores iba anunciando
los nombres de todos los que habían apro-
bado. Entonces dijo su nombre. ¡Jacques
había aprobado! Estaba en shock. Levantó
los brazos y exclamó: “Dios mío, gracias”.
Entonces buscó al profesor de inglés para
darle las gracias.
–No me creíste cuando te dije que te ale-
graras –comentó el profesor–. Nosotros
queríamos suspenderte.
–¿Y por qué no lo hicieron? –le preguntó
Jacques.
El profesor de inglés hizo una seña hacia
el profesor de historia, geografía y educación
cívica, y este comentó: “Yo quería suspen-
derlo, pero no pude. Aún no entiendo por qué
no pude”.
Jacques estaba asombrado. No podía en-
tender lo que había sucedido. Lo único que
sabía era que Dios había oído sus oraciones.
Él había honrado el sábado y Dios lo había
honrado a él. Actualmente Jacques tiene 56
años, pero nunca olvidará ese día. 

 

 MISIONERO ADVENTISTA 2023, Sábado 7 de OCTUBRE, LA MANO DE DIOS OBRANDO -  YouTube

 

 

 

 

 

“No tengo
ninguna duda de que vi a Dios obrando por
mí”, comenta.
Las ofrendas del decimotercer sábado ayu-
darán a ampliar la oferta de educación adven-
tista en Camerún con la apertura de una escuela
primaria bilingüe francés/inglés. Gracias por
hacer planes para dar una generosa ofrenda. 



18 VERSÍCULOS DE ORAR POR LOS MISIONEROS

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