La profecía de Armero
Montañistas, científicos, un músico, un alcalde y un congresista anunciaron hace 34 años que Armero estaba en peligro si no se evacuaba. Aún así, el Estado ha sido exonerado de toda responsabilidad en la tragedia.
En Armero no funcionaron las alarmas, no hubo entendimiento entre la Alcaldía y la Gobernación, ni hubo una orden de evacuar sino hasta cuando se detectó la erupción unas pocas horas antes. Ni muchísimo menos una comunicación masiva adecuada para la población. Muchos funcionarios no quisieron oír la advertencia final del Ingeominas ( servicio geológico Colombiano), que en la semana del desastre advirtió que en caso de erupción la avalancha de lodo era inminente.
No obstante, hubo un héroe: el alcalde de Armero, Ramón Rodríguez. Y un político que cumplió a carta cabal con su responsabilidad: el congresista caldense Hernando Arango Monedero.
Ramón Antonio 'Moncho' Rodríguez fue hasta el último instante de su vida un convencido de que había que evacuar la población. Se quejó de que el represamiento de aguas de la vereda El Sierpe era responsabilidad del vecino municipio de El Líbano, pero que Armero iba a poner los muertos. Con ocasión de la pequeña erupción ocurrida en septiembre y de las varias lluvias de arena y ceniza volcánica que cubrieron los techos de Armero en esas semanas, 'Moncho' acosó al gobernador del Tolima, Eduardo García Alzate, para que lo apoyara y diera la orden de evacuación. Según testimonios recogidos por diversos periodistas de la época, el Gobernador terminó por rechazar su perenne letanía de evacuación. La última vez que hablaron, según contó el periodista Germán Santamaría, 'Moncho' le advirtió que Armero iba a desaparecer bajo las aguas de la represa de El Sierpe o por el deshielo provocado por la erupción. García Alzate recibió la frase entre risas y nunca más volvió a atenderlo.
En Bogotá, mientras tanto, el representante a la Cámara Humberto Arango Monedero citó el 24 de septiembre de 1985 a cuatro ministros del gobierno de Belisario Betancur y les advirtió sobre la erupción inminente del volcán Nevado del Ruiz. "No quiero ser profeta de desgracias, pero los fenómenos que vienen sucediendo nos conducirán ya no a presagios sino a la catástrofe misma. Hay amenazados 16 departamentos y tres millones de personas. Que no se diga que no se advirtió al Estado de cumplir con sus funciones a tiempo".
Los ministros, con el gesto inequívoco de quien está perdiendo el tiempo frente a un sujeto que simplemente pretendía ganar vitrina política, contestaron un cuestionario sobre medidas preventivas y aseguraron que "no se incurrirá" en imprevisiones para manejar la situación.
La actitud indiferente y poco consciente del Ministro de Minas, del Gobernador del Tolima, del Ministro de Obras y de la Presidencia frente a la contundencia científica simplemente confirmaba la advertencia del Manual de la ONU sobre que son los políticos el mayor riesgo en caso de erupción.
La noche del 13 de noviembre, luego de una muy difícil reunión de tres horas en Ibagué, los expertos de la Cruz Roja y de las entidades del departamento del Tolima recomendaron dar la orden de evacuación. A las 9:30, los funcionarios de la red de alertas establecida por Ingeominas entre los guardianes y operarios de las antenas de retransmisión ubicadas a 4.000 metros de altura cerca al páramo de Letras reportaron el comienzo de la erupción.
Esa noche, el gobernador García Alzate se negó a pasarle al teléfono al alcalde de Armero. Dicen que estaba jugando billar.
'Moncho' Rodríguez era radioaficionado y estuvo conectado con otros radioaficionados de Ibagué esa noche. A las 11:30 un rugido de 1.000 trenes invadió Armero, junto con la explosión de la central eléctrica. Lo último que dijo 'Moncho' fue: "Un momento. Esto se está inundando".
Pese a toda la evidencia científica, el gobierno no solo no hizo nada por adelantar una evacuación, sino que fue absuelto en tres instancias en casi un millar de demandas que por 80.000 millones de pesos se levantaron en su contra. En 1991, lo absolvió el Tribunal Superior del Tolima; en 1994, el Consejo de Estado, y más recientemente, la Corte Suprema de Justicia. La sentencia de las tres instancias rezaba lo mismo: que los eventos de la naturaleza son imposibles de prevenir y de controlar y que no les cabe fallo en la responsabilidad a los funcionarios por estos hechos.
La tragedia volcánica que arrasó con Armero y parte de Chinchiná fue la segunda en gravedad en el siglo XX luego de la del monte Peleé, en 1904, con 30.000 muertos, y una de las mayores de la historia junto con las erupciones del Krakatoa, en 1893, la del monte Santa Helena y, por supuesto, la del Vesubio. Los indicios permitieron prever la tragedia casi con horas de aproximación. Pero muy pocos quisieron oír la contundencia de los datos científicos e históricos.
Cada explosión volcánica es simplemente un pulso más del planeta Tierra, un latido de un ritmo tan lento que simplemente no alcanzamos a percibir ni media pulsación en el curso de una corta y simple vida. El siguiente pulso está en marcha.
¿Recuerdan el relato de Noe y el Diluvio Universal; han oido hablar de Lot y sus advertencias de la destrucción de Sodoma y Gomorra?
La seguna venida de Jesús es inminente y la Biblia nos habla con mucha frecuencia ( Mateo 24:44 ,Apocalipsis 22:20 , Mateo 24:42 , Apocalipsis 22:12 ,1 Pedro 4:7! Juan 2:28 ,Juan 14:3 etc ,etc ............)
ATENCION !!
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