ESPÍRITU DE PROFECÍA
Debemos examinar cuidadosamente el fundamento de nuestra esperanza, porque de las Escrituras hemos de entresacar la razón que hayamos de dar de ella... [Engaños] espiritistas se difundirán, y tendremos que luchar con [ellos] cara a cara, y si no estamos preparados, quedaremos engañados y vencidos. Pero si por nuestra parte hacemos cuanto podamos a fin de prepararnos para afrontar el conflicto que se avecina, Dios hará su parte y nos protegerá con su brazo omnipotente. Enviará a todos los ángeles de la gloria para levantar una valla alrededor de las almas fieles, antes que consentir en que las engañen y extravíen los falaces prodigios de Satanás (Primeros escritos, p. 262).
Cristo ha dado muchas advertencias contra las falsas doctrinas, los falsos profetas y los falsos cristos que surgirán y engañaran a muchos Por la luz que Dios se ha complacido en darme esa visión como su humilde sierva. Sé que estas profecías se han estado cumpliendo, y no han sido pocos los testimonios que se han dado para afrontar las situaciones que surgieron con el correr de nuestra experiencia religiosa. Habrá grandes engaños, e incluso “de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” Hechos 20:30.
Satanás mismo se disfrazará y se presentará como Cristo (El otro poder, p. 152).
Cuando los hombres, tentados por Satanás, cometen faltas, y sus palabras y comportamiento no son cristianos, tal vez no vean su condición, porque el pecado es engañador, y tiende a amortecer las percepciones morales.
Pero mediante el examen de sí mismos, la investigación de las Escrituras y la humilde oración, con la ayuda del Espíritu Santo, serán capacitados para ver su error. Si entonces confiesan sus pecados y los abandonan, el tentador no les parecerá como ángel de luz, sino como un engañador.
Los que reciben el reproche y la corrección como de Dios, y así pueden ver y corregir sus errores, están aprendiendo preciosas lecciones aun de sus errores. Su aparente derrota es tornada en victoria. Se levantan, no confiando en sus propias fuerzas sino en la fortaleza de Dios. Tienen fervor, celo y afecto, unidos a humildad y controlados por los preceptos de la Palabra de Dios... Caminan, no tambaleándose sino seguros, en un camino donde brilla la luz del cielo (That I May Know Him, p. 239; parcialmente en A fin de conocerle, p. 238).
A medida que nos aproximamos al tiempo cuando los principados, las potestades y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales se confabularán para luchar contra la verdad, cuando el poder engañador de Satanás será tan grande que engañará a los mismos escogidos, si tal cosa fuese posible, debemos permitir que el esclarecimiento divino agudice nuestro discernimiento, para que reconozcamos al Espíritu que es de Dios, y para que no ignoremos los artificios de Satanás. El esfuerzo humano debe unirse con el poder divino para que estemos en condiciones de cumplir la obra final para este tiempo (Mensajes selectos, tomo 2, p. 16).
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