Este estudio está argumentado en base Biblica y cientifica
Toda mi vida he visto y leído que a Cristo le horadaron las manos para
clavarlo en la cruz. Sin embargo, en la última década han aparecido muchos
cuadros que presentan a Jesús como clavado a la cruz por las muñecas.
También he escuchado a algunos sospechosos "eruditos" bíblicos
respaldar ese disparate.
Voy a demostrar la falsedad de esa afirmación con tres
diferentes argumentos:
a) anatómicamente, mostrando cómo la mano sí puede aguantar el peso del
cuerpo;
b) anatómica y bíblicamente, mostrando que no pudieron pasarle los
clavos por las muñecas, puesto que si lo hubieran hecho le hubieran roto uno o
más huesos; y c) bíblicamente sólo, mostrando que la Biblia
dice que fueron las manos las que fueron horadadas.
Primer argumento. Esos que dicen que Cristo fue
clavado en la cruz pasándole un clavo a través de las muñecas se basan en la
creencia de que si un cuerpo cuelga de una mano clavada, la carne de la mano se
rajaría y el cuerpo caería. Eso es falso.
Los que dicen tal cosa nunca han visto la disección de un
cuerpo humano. He visto muchas veces el estudio de la anatomía de la
mano por parte de los estudiantes de medicina de primer año.
El tejido conjuntivo del cuerpo del hombre y los animales
es tan fuerte como una soga. Los tendones, los ligamentos transversos y las
aponeurosis son tejido conjuntivo, y la mano está llena de ellos, como ustedes
pueden apreciar en las figuras números 1 y 2.
Todos los cuadros aquí presentados son tomados del libro
"Atlas de Anatomía", por J. C. Boileau Grant, M.C.; M.B.; Ch.B.;
F.R.C.S. Edin, Profesor Emérito de Anatomía de la Universidad de Toronto, la
Cuarta Edición, cuadros números 57, 84, 92 y 98.
Figura # 1 La palma de la mano
Figura # 2 El dorso de la mano
No
es posible que los tendones, ligamentos transversos y aponeurosis de la mano de
un ser humano se rajen, porque el tejido conjuntivo es muy fuerte. Tal
cosa no sucedería si lo colgaran de una sola mano, cuanto menos si lo cuelgan
de las dos manos. Eso sólo ocurriría si se colgara un cadáver que
estuviera descompuesto, nunca en un ser vivo. Todo eso es simplemente
otra mentira de las muchas que se introducen en las enseñanzas evangélicas,
especialmente por medio de los ruselistas.
Si todavía alguien piensa que su delicada mano se rajaría si
lo colgaran de un clavo, que observe la mano de un trabajador de la
construcción de 33 años, que haya trabajado en su oficio toda la vida, y se van
a disipar sus dudas. Recuerden que Cristo fue un trabajador de la
construcción, él fue carpintero hasta que comenzó a predicar.
Segundo argumento. De acuerdo a las Escrituras
Jesucristo es nuestro Cordero Pascual, el cual fue crucificado por nosotros.
Por eso a él lo mataron el mismo día que se mataba la pascua. El apóstol
Pablo nos lo dice así en I Co 5:7.
"Limpiad pues la vieja levadura,
para que seáis nueva masa, como sois
sin levadura: porque nuestra
pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros."
( I Co 5: 7 )
En las ordenanzas de la Pascua se establecía que no se podía romper ningún hueso en el cordero. Aquello era un simbolismo, una sombra de lo que luego iba a acontecer en el caso de Jesús, a quien no le rompieron ningún hueso. La ordenanza de la pascua era como sigue:
"En una casa se comerá, y no
llevarás de aquella carne fuera de casa,
ni quebraréis hueso suyo."
( Ex 12: 46 )
"No dejarán de él para la mañana, ni
quebrarán hueso en él: conforme a
todos los ritos de la pascua la
harán."
( Nm 9: 12 )
Como podemos ver el rito de la pascua judía prohibía que se rompiera algún hueso en el cordero. Por eso fue que los soldados romanos no le rompieron las piernas a Cristo cuando lo bajaron de la cruz, Dios no se los hubiera permitido.
"Y vinieron los soldados, y
quebraron las piernas al primero, y asimismo
al otro que había sido crucificado
con él. Mas cuando vinieron a Jesús, como
le vieron ya muerto, no le
quebraron las piernas. Empero uno de los soldados
le abrió el costado con una lanza, y
luego salió sangre y agua. Y el que lo vio,
da testimonio, y su testimonio es
verdadero; y él sabe que dice verdad, para
que vosotros también creáis. Porque
estas cosas fueron hechas para que se
cumpliese la Escritura: Hueso
no quebrantaréis de él."
Si ningún hueso de Cristo podía romperse de acuerdo a la profecía, entonces no se podía atravesar sus muñecas con clavos, porque por seguro que le hubieran roto uno o más huesos. La muñeca o carpo tiene ocho huesos: escafoides, semilunar, piramidal, pisciforme, trapecio, trapezoide, grande y ganchoso. Estos huesos están fuertemente unidos por ligamentos en forma tal que si se martilla un clavo a través de la muñeca necesariamente se va a romper uno o más de ellos. Por lo tanto Cristo no pudo haber sido clavado en la cruz por las muñecas, sino por la palma de la mano. Los cinco huesos del metacarpo, que es lo que constituye la palma de la mano, están separados los unos de los otros, y por lo tanto, un clavo puede atravesar la palma de la mano sin romper ninguno de los cinco huesos metacarpianos. Vean la figura # 3. Eso significa que la mano puede ser atravesada por un clavo a la altura de la palma sin romper un hueso, pero si la muñeca es atravesada por un clavo, tiene que romper necesariamente algún hueso. Vean la figura # 4.
Figura # 3 Los huesos de la mano
La sección de la muñeca ( en inglés
"wrist" ) que se presenta en la anterior figura # 3, se va a
amplificar en el próximo cuadro, el # 4, para que ustedes puedan ver que es
imposible martillar un clavo a través de la muñeca sin romper algún hueso.
Figura # 4 Huesos de la muñeca
Tercer
argumento. Mucho más importante que los argumentos anatómicos, son
los argumentos bíblicos. En la Biblia se dice varias veces que Jesús fue
clavado por las manos y por los pies. Jamás se mencionan las
muñecas. ¿Por qué entonces hay gente tratando de meterle en la cabeza a
los cristianos que Cristo fue clavado por las muñecas? ¿Qué se traen
entre manos? ¿Qué cosa persiguen estos farsantes?
Veamos que era lo que sabían Jesús y los apóstoles.
"Dijéronle pues los otros
discípulos: Al Señor hemos visto. Y él les dijo:
Si no viere en sus manos
la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar
de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré. Y ocho días después,
estaban otra vez sus discípulos
dentro, y con ellos Tomás. Vino Jesús, las
puertas cerradas, y púsose en medio,
y dijo: Paz a vosotros. Luego dice a Tomás:
Mete tu dedo aquí, y ve mis
manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado:
y no seas incrédulo, sino fiel."
( Jn 20: 25-27 )
Como podemos ver en este pasaje, Tomás sabía que las manos de Jesús habían sido horadadas, no que sus muñecas hubieran sido las horadadas. Igualmente, cuando Cristo vino a ellos de nuevo, él le enseñó a Tomás sus manos, no sus muñecas. Es evidente que eran sus manos las que habían sido horadadas por los clavos, no las muñecas, porque si no fuera así Cristo le hubiera mostrado las muñecas, no las manos. Lo mismo se puede notar en otros pasajes. Veamos.
"Y como hubo dicho esto, mostroles
las manos y el costado. Y los discípulos
se gozaron viendo al Señor."
( Jn 20: 20 )
"Mas él les dice: ¿Por qué estáis
turbados, y suben pensamientos a vuestros
corazones? Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad, y ved,
que el espíritu ni tiene carne ni
huesos, como veis que yo tengo. Y en diciendo
esto, les mostró las manos
y los pies."
( Lc 24: 38- 40 )
En
estos dos pasajes vemos que para el propósito de identificarse con los
apóstoles, para demostrarles que se trataba del mismo Jesucristo que fue
crucificado, él les muestra sus manos y sus pies, no sus muñecas y
sus pies.
Si vamos ahora a las profecías del Antiguo Testamento veremos
que cuando estaban vaticinando las cosas que iban a acontecerle a Cristo, ellos
hablaban sobre horadarle las manos, no las muñecas.
"Porque perros me han rodeado, me ha
cercado cuadrilla de malignos.
Horadaron mis manos y mis pies."
( Sal 22: 16 )
"Y le preguntarán: ¿Qué heridas
son éstas en tus manos? Y él responderá:
Con ellas fui herido en casa de mis
amigos."
( Zc 13: 6 )
Como
vemos, no hay la más mínima duda de que a Cristo le horadaron las manos, no las
muñecas, como algunos raros y sospechosos "eruditos" bíblicos quieren
que creamos.
No obstante, a pesar de lo claro que todo está, no dudo que
en cualquier momento se nos aparezca un sospechoso erudito bíblico, teólogo
o profesor de seminario, asegurando que a Cristo lo clavaron en la cruz por los
tobillos y no los pies.
Hay cristianos a quienes les han hecho ver ciertos supuestos “eruditos”, que en la época antigua no se distinguía entre la mano y la muñeca, y que cuando se decía “mano”, podían estarse refiriendo a la muñeca. Eso es una falsedad de esos “eruditos”, puesto que en idiomas tan antiguos como el latín y el griego, existían palabras para designar la muñeca. Esa palabra en latín era carpus y en griego se pronunciaba más o menos igual, pero se escribía así: ““carpoz”. Si en esos idiomas antiguos existía la palabra “muñeca”, es que ellos distinguían entre la mano y la muñeca. Por lo tanto, es falso lo que estos sospechosos “eruditos” aseguran, respecto a que “antes” no se hacía distinción entre “mano” y “muñeca.
Un saludo
Eliseo Cuesta
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