Ni los ímpios ni los demonios pueden oponerse a la obra de Dios o privar de su presencia a su pueblo,siempre que éste quiera con corazón sumiso y contrito confesar y abandonar sus pecados y aferrarse con fe a las promesas divinas.Toda tentación,toda influencia contraria manifiesta o secreta,ya puede ser resistida victoriosamente;¡No con esfuerzo,ni con poder,sino por mi Espíritu!dice Jehová de los Ejercitos.(Zacarías 4:6,V M )
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