El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

viernes, 26 de junio de 2020

COMO VIVIR DEACUERDO CON LA PALABRA DE DIOS

No sirve de nada el conocer las escrituras sino vivimos acorde a ellas: y así practicando lo que nos enseñan ,el Espíritu Santo se adueña de nosotros abriendo un tesoro de bendiciones y creciendo en sabiduría y temor de Dios.

La Palabra de Dios es el mismo modelo de Jesús y representa el carácter del verdadero cristiano.
Debemos de estudiar la Palabra cuidadosamente, hacer de ella una vía en nuestra vida diaria pues nos forjará como la arcilla en las manos de Dios que es nuestro alfarero.

Somos el pueblo de Dios y debemos  distinguirnos del mundo como los portaestandartes de Dios que muestran en sus vidas la gracia transformadora de Cristo.

Jesús conocía las Escrituras y no solo porque fuera el hijo de Dios sino porque estaba tan íntimamente familiarizado con la Palabra que podía citarla de memoria; debió haber sido el resultado de un valioso tiempo de calidad con su Padre al estudiar las Escrituras, es por ello que las tentaciones del gran enemigo quedaban obsoletas y fulminadas ante un  " ESCRITO ESTÁ ".

La clave del conocimiento de las Escrituras es el amor a Cristo que bajo del cielo para hacerse hombre sufriendo y entregando su vida por nosotros por amor al Padre y a nosotros como criaturas; en cada momento de su vida lo mostraba,el conocimiento de la Palabra y la ley de Dios estaban en Él.

Nosotros como seres creados el amar a Cristo, impacta en nuestro pensamiento y nuestras decisiones, e influye en nuestros valores y comportamiento asemejándonos al carácter suyo.

El canto ,la oración y el ayuno elevan nuestra mente y dirige nuestros pensamientos a Dios y a su Palabra.

El precioso conocimiento de la Biblia, enciende un  fuego de amor en nuestro corazón que no puede apagar las incesantes tentaciones del maligno.

Memorizar algunos versículos  o incluso capítulos enteros de la Biblia para repetirlos ante las tentaciones del Diablo,nos alejan de las cosas sensuales y mundanas.

Dios cuida de nosotros creando una comunicación a través de su Palabra siendo hacedores de ella en nuestros actos y vivencias diarias.

" Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Éspiritu de Dios,porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente". ( 1 Corintios 2:14 ).

"Las cosas secretas pertenecen a Jehová , nuestro Dios,pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley". ( Deutoronomio 29:29 ).

Un abrazo herman@s








Eliseo Cuesta











lunes, 8 de junio de 2020

Morir a Cristo

Una vida espiritual floreciente solo es posible si dependemos constantemente de Cristo. Él usó la ilustración de la vid para enseñarnos cómo lograr esto. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”, dijo Jesús (Juan 15:5). El Antiguo Testamento describe a Israel como una viña que el Señor había plantado (Isa. 5:1-7; Sal. 80:8, 9; Jer. 2:21); pero Jesús se presenta a sí mismo como “la vid verdadera” (Juan 15:1) e insta a sus seguidores a estar unidos a él, como las ramas están unidas a la vid.
¿Qué nos enseñan estos textos acerca de permanecer continuamente en Cristo? Juan 15:4-10.
Una rama que ha sido recientemente separada de la vid puede parecer viva por un tiempo pero, sin duda, se marchitará y morirá porque ha sido separada de la fuente de vida. De la misma manera, solo podemos recibir vida a través de nuestra conexión con Cristo. Sin embargo, para que sea efectiva, esta unión debe mantenerse en todo momento. Es esencial dedicar tiempo a leer la Biblia y a orar en la mañana pero, además, nuestra comunión con el Señor tiene que continuar a lo largo de todo el día. Permanecer en Cristo significa buscarlo constantemente, pedirle que nos guíe, orar por su poder para obedecer su voluntad, rogarle que su amor nos llene.
Una de las trampas más engañosas del enemigo es hacernos pensar que podemos vivir la vida cristiana independientemente del Señor. No obstante, “separados de mí nada podéis hacer” (vers. 5): sin él no podemos resistir ni una tentación, vencer ni un solo pecado, ni desarrollar un carácter a su semejanza. La nueva vida espiritual solo puede crecer mediante una comunión ininterrumpida con Cristo.
Somos alimentados y fortalecidos al leer la Palabra y meditar en ella. “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63). Esas palabras, atesoradas en nuestro corazón y nuestra mente, inspirarán nuestras oraciones para mantenernos en contacto con el Señor. Aunque es fácil que “los afanes de este siglo” nos distraigan (Mar. 4:19), debemos hacer un esfuerzo concentrado para permanecer en Jesús.
¿Cuáles son los mayores obstáculos que te impiden permanecer constantemente unido a Cristo? ¿Qué pasos puedes dar a fin de superarlos o eliminarlos?

Un saludo
Eliseo Cuesta