El destino del Mundo

Dios creó nuestra historia y a ÉL nos debemos

domingo, 9 de febrero de 2020

VERDAD PRESENTE

Debemos estudiar la verdad por nosotros mismos. No deberíamos depender de ningún ser humano que piense por nosotros. No importa quién sea, ni en qué puesto se encuentre, no hemos de mirar a ningún hombre como el criterio perfecto para nosotros. Debemos reunirnos para recibir consejo y estar sujetos unos a otros; pero, al mismo tiempo, hemos de ejercitar la capacidad que Dios nos ha dado para conocer qué es la verdad. Cada uno de nosotros debe pedir a Dios la orientación divina. Debemos desarrollar individualmente un carácter que soporte la prueba el día de Dios. No deberíamos enamorarnos de nuestras ideas y pensar que ninguno tiene derecho a interferir en nuestras opiniones

Yo diría a mis hermanos y hermanas: Manténganse cerca de las instrucciones que se encuentran en la Palabra de Dios. Consideren las ricas verdades de las Escrituras. Sólo así podrán llegar a ser uno con Cristo. Ustedes no tienen tiempo para entrar en controversias respecto de la matanza de insectos. Jesús no ha puesto esta carga sobre ustedes. “¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?” Jeremías 23:28. Estos asuntos parciales que se levantan son como paja, madera y hojarasca comparados con la verdad para estos últimos días. Los que abandonan las grandes verdades de la palabra de Dios para hablar de tales temas no están predicando el evangelio, sino tratando con las vanas sofisterías que el enemigo presenta para desviar las mentes de las verdades que conciernen a su bienestar eterno. No tienen palabras de Cristo para vindicar sus suposiciones


Teorías erróneas, sin autoridad de la Palabra de Dios, vendrán de la derecha y de la izquierda. Para los débiles estas teorías parecerán verdades que los harán sabios, pero son como la nada. Sin embargo, muchos miembros de iglesia han llegado a estar tan satisfechos con este alimento barato que tienen una religión dispéptica. ¿Por qué los hombres y las mujeres rebajarán su experiencia recogiendo fábulas vanas y presentándolas como si fueran temas dignos de atención? El pueblo de Dios no tiene tiempo para ocuparse de las preguntas indefinidas y frívolas que no tienen relación con los requerimientos de Dios.


“Nueva luz” que conmueve la confianza—Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la Tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres profesando tener alguna nueva luz o revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá personas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos quedará atrapados en esta trampa. Creerán estos rumores y a su vez los repetirán formando así un vínculo que los ligue con el gran engañador. Ese espíritu no se manifestará siempre desafiando abiertamente los mensajes que Dios envía; pero se originará un decidido descreimiento que se expresará de muchas maneras. Cada declaración falsa alimenta y fortalece ese descreimiento, y por este medio muchos seres humanos serán inclinados en la dirección errónea.



Aférrense a la Biblia porque sus sagradas verdades pueden purificar, ennoblecer y santificar el ser. Deben sostener la verdad y enseñarla tal como es en Jesús, todo lo demás no tiene ningún valor para ustedes. Ante la luz de la verdad de Dios, permitan que las opiniones, las ideas y la sabiduría humanas aparezcan como son a la vista de Dios: como necedad... 
Si un hermano difiere de ustedes en algunos puntos de la verdad, no se rebajen a usar el ridículo ni lo pongan en una falsa luz, ni tergiversen sus palabras, ni se burlen de él, ni interpreten mal sus palabras quitándoles su verdadero significado. Esto no sería un debate concienzudo. No lo presenten ante otros como un hereje mientras no hayan investigado con él su posición, tomando texto tras texto con el espíritu de Cristo para mostrarle cuál es la verdad. Ustedes mismos no conocen realmente la evidencia que él tiene para su fe ni pueden definir claramente la posición de él. Tomen su Biblia y con espíritu bondadoso pesen cada argumento que él presenta, mostrando con las Escrituras si él está en el error. Cuando hagan esto sin sentimientos ásperos, harán sólo lo que es su deber, el deber de cada ministro de Jesucristo.
Escuchen antes de condenar—Cuando se presenta una luz nueva a la iglesia, es peligroso que la rechacen. Rehusarse a escuchar porque abrigan prejuicio contra el mensaje o el mensajero no los excusará delante de Dios. Condenar lo que no han oído o no entienden no ensalzará la sabiduría de ustedes ante los ojos de los que son cándidos en sus investigaciones de la verdad. Hablar con desprecio de quienes Dios ha enviado con un mensaje de verdad es insensatez y locura. Si nuestros jóvenes están procurando educarse a sí mismos para ser obreros en la causa del Señor, deben transitar el camino de Cristo y vivir de toda palabra que sale de su boca. No deben llegar a la conclusión de que ya ha sido revelada toda la verdad y que el Infinito no tiene más luz para su pueblo. Si se atrincheran en la creencia de que toda la verdad ha sido revelada, estarán en peligro de desechar como inútiles las preciosas joyas de verdad que serán descubiertas al volver los hombres la atención al escudriñamiento de la rica mina de la Palabra de Dios.—

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